Chitra Malolan
Chitra es una comunicadora de salud y entrenadora de bienestar con sede en la India. Tiene un máster en Comunicación Profesional y Técnica por el New Jersey Institute of Technology (NJIT).

Chitra Malolan
Chitra es una comunicadora de salud y entrenadora de bienestar con sede en la India. Tiene un máster en Comunicación Profesional y Técnica por el New Jersey Institute of Technology (NJIT).


La artritis es una enfermedad dolorosa que afecta a nuestras articulaciones y a los tejidos que las rodean. El dolor, la inmovilidad, la restricción de movimientos y la dificultad para realizar las actividades cotidianas hacen que sea un gran desafío. La artritis tiene una prevalencia mundial. En Estados Unidos, la artritis es una de las principales causas de discapacidad. Las consultas relacionadas con la artritis representaron el 11,4%. de las visitas al consultorio médico en 2018. Un poco de conocimiento de esta enfermedad puede ayudar mucho a elaborar un plan para gestionarla con éxito.

Descodifiquemos los aspectos básicos.

Causas | Tipos, diagnóstico, tratamiento, prevención
¿Qué causa la artritis?

Las articulaciones inflamadas o dañadas y los tejidos que las rodean causan artritis. Este daño puede deberse a la edad, al desgaste, a la inflamación, a la infección o a causas metabólicas como la obesidad. Dependiendo de la causa, se producen diversos tipos de artritis. La rigidez, los dolores y las articulaciones hinchadas y sensibles son sus signos reveladores.
Tipos de artritis

Es posible que haya oído hablar de la artrosis, la artritis reumatoide y la artritis de la gota, pero ¿sabía que existen más de 100 tipos distintos?

Osteoartritis

La artrosis también se denomina «artritis por desgaste» y se produce sobre todo por la degeneración del cartílago subyacente a los huesos. Los cartílagos son el tejido conectivo que rodea nuestros huesos. Actúan como cojines, y cuando hay movimiento funcionan como amortiguadores para ayudar a que los huesos se muevan sin problemas. Con el tiempo, el cartílago puede desgastarse y, en última instancia, adelgazar o romperse. Esto expone a los huesos a rozarse entre sí. Esta fricción hace que los huesos se dañen, se inflamen e incluso se deformen. Esto provoca dolor y artrosis. Los crujidos y chasquidos que se oyen al moverse se deben a esta fricción entre los huesos.

La artrosis se instala gradualmente y los signos iniciales pueden ser dolor en las articulaciones, inflamación de los huesos y dolor durante el movimiento. También puede experimentar rigidez después de un período prolongado de inactividad, como estar sentado o dormir. Aunque la artrosis puede afectar a cualquier parte del cuerpo, las partes que soportan peso, como las caderas y las rodillas, son más propensas a sufrirla. Controlar el peso es crucial para prevenir y gestionar la artrosis. Un peso corporal extra de 10 libras, pone una presión de 20 a 30 libras en las rodillas. Esta presión desgasta naturalmente los cartílagos y los huesos. Aunque se trata de una enfermedad de la edad, los accidentes o algunas condiciones genéticas predispuestas también pueden dar lugar a la artrosis. Los medicamentos para el control del dolor, la fisioterapia y las intervenciones quirúrgicas son útiles.

Durante la artrosis el cartílago se desgasta. Esto provoca inflamación, hinchazón y dolor en las articulaciones. Alcanzar o mantenerse en un peso saludable es la mejor manera de prevenir la artrosis.

Artritis reumatoide

Se trata de una enfermedad autoinmune. En las enfermedades autoinmunes, por razones que no están demasiado claras, el sistema inmunitario de nuestro cuerpo se desvía y ataca a los órganos sanos. Cuando nuestro propio sistema inmunitario ataca el revestimiento de las articulaciones, provoca inflamación y daños en los cartílagos y los huesos, lo que da lugar a la artritis reumatoide. Además de las articulaciones, la artritis reumatoide también puede afectar a los ojos, el corazón y los pulmones. Aunque puede aparecer en cualquier momento, las personas parecen ser más propensas a padecerla a partir de los 40 años. Las mujeres tienen tres veces más probabilidades de desarrollar artritis reumatoide que los hombres. La reducción de los niveles de la hormona estrógeno tras la menopausia, puede predisponer a las mujeres a padecerla. Aunque la artritis reumatoide es una enfermedad crónica, puede haber periodos en los que la enfermedad se recrudece cuando la actividad inmunitaria es mayor y puede ralentizarse cuando la actividad inmunitaria es baja. Normalmente. La artritis reumatoide comienza en las articulaciones de los dedos de las manos y los pies y se extiende gradualmente a las muñecas, las rodillas, los codos, las caderas y los hombros. Suelen verse afectadas las mismas articulaciones en ambos lados del cuerpo. Además del dolor, en la artritis reumatoide también pueden aparecer fiebre y molestias ocasionales. Por lo general, esta enfermedad se trata con medicamentos antirreumáticos modificadores de la enfermedad y con modificaciones del estilo de vida. No existe una cura como tal, pero hay muchas formas útiles de combatirla y llevar una vida activa.

Manos de anciana deformadas por artritis reumatoide aisladas sobre fondo blanco
Durante la artritis reumatoide, el sistema inmunitario ataca las articulaciones causando inflamación. Con el tiempo, las articulaciones se deforman.

Gota

Se trata de un tipo de artritis metabólica, ya que tiene que ver con el ácido úrico, que es un residuo metabólico en nuestro torrente sanguíneo. Los riñones expulsan estos residuos a través de la orina. Si esto no ocurre, el ácido úrico se acumula en nuestro cuerpo y desencadena la gota.

La gota se caracteriza por la aparición repentina de un dolor intenso que se inicia sobre todo en los dedos gordos de los pies, pero también puede darse en otras articulaciones. El ácido úrico produce un tipo de dolor específico con una mancha rojiza caliente e hinchada sobre el lugar de la gota. Tarda un par de semanas en remitir sin tratamiento, pero puede convertirse en una afección crónica si no se aborda la causa subyacente. Los hombres son más prop ensos a la gota, ya que tienen mayores niveles de ácido úrico a lo largo de su vida. Mujeres tienen niveles más altos de estrógeno que los hombres. Esto ayuda a las mujeres a excretar el ácido úrico, por lo que suelen tener niveles más bajos hasta la menopausia. El ácido úrico sube con el aumento de metabolismo de la purina y la fructosa. Esto significa que los alimentos grasos y azucarados tienden a aumentar los niveles de ácido úrico. A va dieta vegetariana se asocia con
un menor nivel de ácido úrico y un menor riesgo de gota.

La gota se caracteriza por la acumulación de cristales de ácido úrico en las articulaciones, lo que da lugar a la aparición repentina de un dolor intenso que se inicia sobre todo en los dedos gordos de los pies.

Artritis infecciosa

La artritis infecciosa se desarrolla sobre todo cuando una infección en alguna parte del cuerpo viaja por el torrente sanguíneo y llega a cualquier articulación.El sistema inmunitario del organismo ataca naturalmente al patógeno y se produce la inflamación. Los síntomas suelen aparecer rápidamente e incluyen hinchazón intensa, dolor, fiebre y escalofríos. La artritis infecciosa suele afectar a la rodilla, pero también a las caderas, los tobillos y las muñecas. Los médicos tratan esta enfermedad con antibióticos y drenando los líquidos sinoviales infectados en la articulación. Se aconseja descansar la articulación y reanudar gradualmente la actividad una vez controlada la infección.

Artritis psoriásica

La artritis psoriásica es una forma crónica y autoinmune de artritis que afecta a alrededor del 20% de las personas con psoriasis. Provoca una inflamación articular y puede afectar a las articulaciones grandes o pequeñas.

Se cree que los genes y los desencadenantes ambientales, como los traumatismos o los virus, desempeñan un papel en el desarrollo de la artritis psoriásica. Los síntomas pueden ser leves o graves, afectar a unas pocas o a muchas articulaciones, y los síntomas pueden aparecer de forma esporádica. Por lo general, un médico de atención primaria le remite a un dermatólogo o a un reumatólogo en función de su condición principal para controlar esta enfermedad.

Diagnóstico de artritis

Su médico le hará algunas revisiones físicas para evaluar sus articulaciones para ver si hay hinchazón, calor, movilidad y enrojecimiento. También pueden pedir algunas pruebas de imagen.

Las radiografías suelen ser el primer paso en el proceso para detectar cualquier pérdida de cartílago, daño óseo y espolones óseos.

El TAC o la RMN ayudan a su médico a obtener imágenes más detalladas.

En función de los resultados, el médico puede solicitar más pruebas de fluidos, como análisis de sangre, orina o fluidos articulares, para determinar el tipo de artritis que padece.

Su médico también puede remitirle a un reumatólogo o a un ortopedista para que le den una opinión y un tratamiento más detallados.

Opciones de tratamiento para la artritis

Las opciones de tratamiento se centran en reducir el impacto de la enfermedad y ralentizar su progreso. Puede necesitar medicamentos, intervenciones terapéuticas, cambios en el estilo de vida y, en algunos casos, cirugía.

He aquí algunos métodos terapéuticos que pueden ayudarle:

Fisioterapia

La fisioterapia es útil para controlar la artritis. La terapia se centra en mejorar la amplitud de movimiento, el desplazamiento y el fortalecimiento de los músculos que rodean las articulaciones. En algunos casos, es posible que necesites férulas o aparatos ortopédicos. El entrenamiento de resistencia es eficaz para controlar la artritis.

El entrenamiento de resistencia aumenta la rigidez de los tendones y fortalece el tejido conectivo. La carga cíclica (por ejemplo, caminar, montar en bicicleta, ejercicios de resistencia a la fuerza) mejora la integridad del cartílago y la lubricación de la articulación. Los ejercicios de movilidad aumentan el rango de movimiento(Cooney et al., 2011).

Terapia acuática

Se ha comprobado que el ejercicio en el agua es eficaz. Es un método seguro y de bajo coste para mejorar el dolor y la calidad de vida. La flotabilidad natural del agua reduce la tensión en las articulaciones. El agua tiene mayor densidad que el aire, por lo que caminar y hacer ejercicio en el agua requiere más esfuerzo. Esto desarrolla la fuerza muscular y quema calorías. El ejercicio en piscinas calientes mejora la circulación de la sangre y alivia el dolor.

El ejercicio en el agua tiene muchas ventajas, debido a las propiedades del agua en la creación de resistencia, aligerando y reduciendo la presión sobre las articulaciones afectadas, el ejercicio se realiza con menos daño y el aprendizaje más fácil
(Silva et al., 2008
).

¿Qué se puede hacer para prevenir la artritis?

Si bien lo anterior implica el cuidado de los profesionales, como individuos, podemos planificar, preparar y practicar ciertas técnicas para evitar o posponer la progresión de la artritis. El factor más importante es la modificación del estilo de vida. Los factores del estilo de vida como el tabaquismo, el exceso de peso, la ingesta dietética, la actividad física y la higiene dental pueden desempeñar un papel importante en el desarrollo de la artritis.

 

Un estilo de vida saludable centrado en el ejercicio, una dieta antiinflamatoria y alcanzar o mantener un peso saludable es la mejor manera de prevenir o controlar la artritis.

El control de la inflamación es clave para controlar la artritis. Las investigaciones muestran que los alimentos ricos en grasas saturadas, grasas omega-6, azúcar y sal podrían intensificar los síntomas de la artritis. A
dieta
rica en frutas y verduras, omega 3 y cereales integrales ayuda a combatir la inflamación.

En mi calidad de comunicadora sanitaria, trabajo con la gente para ayudarles a descifrar las complejas instrucciones que acompañan a los consejos médicos y hacerlas fáciles de seguir. He aquí un acrónimo que utilizo para ayudar a las personas a controlar su dolor. Yo lo llamo modo MANAGE.

El modo MANAGE para prevenir y/o controlar la artritis

Moverse

El dolor te pone en agonía y la inactividad empeora el dolor. Evitar largos periodos de actividad e inactividad. Muévete, empieza despacio y aumenta gradualmente tu actividad. Hazlo a tu ritmo, con sesiones cortas. .. El ejercicio de leve a moderado ayuda a fortalecer los músculos, a mejorar el estado de ánimo y el sueño, y a aumentar el flujo sanguíneo, lo que reduce la inflamación.

Adaptar

Prepárate mentalmente para los retos del dolor y la incapacidad de ser tan activo como normalmente podrías. Concéntrese en sus actividades de la vida diaria y realice las adaptaciones oportunas en cuanto a apoyos, colocando las cosas a una altura y distancia convenientes, realizando protecciones contra las caídas. Pide ayuda.

Normalizar

Normalice su peso hasta alcanzar un IMC ideal. El sobrepeso aumentará la tensión en las articulaciones y causará más daños.

Reconocer

Reconozca el hecho de que esta enfermedad le afecta y no intente ignorarla cuando se encuentra en su fase inicial. Obtenga orientación médica. Formar parte de grupos de apoyo es una forma maravillosa de comprometerse y aprender de personas con retos similares.

Calibre

Dependiendo de su condición, el clima y otros factores ambientales pueden causar brotes y remisiones del dolor. Lleve un diario para conocer las causas de sus brotes, comprenda el patrón y guíese a través de esos períodos evitando las causas o tomando precauciones para manejarlas.

Coma

Lleva una dieta equilibrada baja en grasas azucaradas y carbohidratos y aumenta el consumo de alimentos antiinflamatorios como los frutos secos y las legumbres. El aceite de oliva, el extracto de hoja de olivo, la curcumina y la sanguinarina se han estudiado como suplementos con propiedades antiinflamatorias. Estos suplementos dietéticos naturales ayudan a mantener nuestro equilibrio homeostático y a frenar la progresión de la artritis.

La artritis, aunque sea crónica, dolorosa e incapacitante, puede tratarse fácilmente y usted tiene la clave para ello.