¿Alguna vez ha pensado en lo que podría suceder si los microbios de su cuerpo unieran sus fuerzas?

Nuestro microbioma , la colección de microbios en y dentro de nuestro cuerpo, es en muchos sentidos una colaboración entre una gran variedad de microbios y nosotros. Llevamos con nosotros bacterias, hongos, virus y arqueas en nuestro intestino, en nuestra piel y en otras partes de nuestro cuerpo. Al vencer a los microbios invasores o mantener bajo control a los microbios oportunistas, esta colaboración nos mantiene saludables, ayuda en la digestión e incluso influye en nuestro estado de ánimo .

Pero, ¿y si los microbios pudieran colaborar para enfermarnos ?

En un estudio reciente , los científicos encontraron que algunas cepas de Staphylococcus aureus resistente a la meticilina (mejor conocido como MRSA) tienen moléculas alteradas en su superficie que dificultan que las células inmunes las reconozcan.

Viruses known as phages infecting a bacterium. Credit: Design Cells.
Virus conocidos como fagos que infectan una bacteria. Crédito: Design Cells.

¿Cómo? Estas bacterias están infectadas con un fago, un virus que ataca a las bacterias. El fago hace que las bacterias infectadas expresen varios genes de evasión inmunitaria, incluido un gen que codifica una enzima llamada TarP. TarP cambia las moléculas de superficie de MRSA, lo que dificulta que nuestro sistema inmunológico detecte esta bacteria. Es importante destacar que TarP altera las moléculas que son objetivos potenciales para una vacuna MRSA. Dos fagos diferentes nombrados φtarP-Sa3int y φtarP-Sa9int pueden hacer que MRSA produzca TarP.

Curiosamente, la alteración de la superficie bacteriana de MRSA inducida por TarP también protege a esta bacteria de la infección por ciertos otros fagos. Este efecto probablemente se desarrolló como un medio para φtarP-Sa3int y φtarP-Sa9int para evitar la competencia con otros virus que atacan a las bacterias.

Pero la alteración de la superficie bacteriana de MRSA inducida por TarP podría ser una mala noticia para nosotros. La infección de MRSA con uno de estos fagos podría desempeñar un papel en la promoción de la infección.

MRSA puede causar infecciones muy graves que son difíciles de tratar. Nuestra capacidad para hacer frente a la colonización por Staphylococcus aureus normalmente es lo suficientemente buena como para evitar que las bacterias causen enfermedades. Todavía no sabemos si el fago de hecho altera las interacciones huésped-patógeno lo suficiente como para causar enfermedad. A medida que aprendamos más sobre cómo los fagos cambian las interacciones entre las bacterias y nuestras células inmunes, la búsqueda de fagos podría convertirse en parte de las estrategias de diagnóstico en el futuro. Buscar la presencia de un fago con propiedades que alteran el sistema inmunológico podría ayudar a los médicos a diagnosticar infecciones difíciles de tratar o identificar rápidamente cepas de bacterias que superarán la vacunación.

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