El ejercicio hace maravillas por tu salud. Reduce el riesgo de muerte prematura y previene muchas enfermedades, como la obesidad, las enfermedades cardíacas e incluso el cáncer. Pero, ¿sabías que la actividad física también podría mejorar tus habilidades cerebrales? Aunque existen opiniones encontradas sobre este asunto, la gran mayoría de Los científicos coinciden en que la actividad física tiene un efecto positivo en la función cognitiva.

Estar físicamente activo, desde realizar las tareas del hogar hasta hacer ejercicio en el gimnasio, puede influir positivamente en los procesos cognitivos como la percepción, la memoria, el aprendizaje, la atención y la toma de decisiones.

La cognición adecuada es esencial para el funcionamiento diario. Nos permite procesar información y responder de manera adecuada, orientando nuestra conducta y comunicación con los demás. Sin embargo, nuestra función cognitiva tiende a declinar con la edad. Pero estas son las buenas noticias: El ejercicio , especialmente si es aeróbico , podría protegerlo de los impactos negativos del envejecimiento.

Independientemente de su edad, el ejercicio puede tener efectos positivos en su memoria y estado de ánimo.

Un estudio que midió la actividad diaria total de las personas mayores reveló que aquellos que tenían un estilo de vida más activo tenían una mejor función cognitiva, a pesar de la presencia de patologías cerebrales, como la enfermedad de Alzheimer. Sin embargo, los autores no pudieron descartar la posibilidad de que las capacidades cognitivas conservadas fueran el resultado de la actividad física que estos individuos realizaron a lo largo de su vida y no en sus últimos años. Aún, comenzar una práctica de ejercicio más tarde en la vida Se ha demostrado que tiene efectos positivos para retrasar el envejecimiento del cerebro y mejorar la memoria. Los adultos mayores que realizaron ejercicio aeróbico durante un solo año revelaron un aumento en el tamaño de la hipocampo , una parte del cerebro responsable del aprendizaje y la memoria que tiende a encogerse con edad. Pero no debe posponer la actividad física para mantener la salud de su cerebro. De hecho, se ha demostrado que la actividad física atenúa la pérdida de volumen del hipocampo relacionada con la edad en personas tan jóvenes como 24 años. Además del hipocampo, se ha demostrado que otras regiones del cerebro involucradas en la memoria y el pensamiento son conservado en respuesta al ejercicio.

El ejercicio puede provocar cambios anatómicos, celulares y moleculares en el cerebro, que en conjunto mejoran aprendizaje, atención y memoria. La actividad física regula la disponibilidad de azúcar y oxígeno cerebral, reduce la inflamación y estimula la liberación de sustancias químicas que influyen en la comunicación entre las células cerebrales. Estas sustancias incluyen mensajeros, que transmiten información entre las células cerebrales, o factores de crecimiento, que mejoran la creación y el reordenamiento de las conexiones de las células nerviosas en el cerebro. regiones relevante para la cognición. Además, el ejercicio mejora estado de ánimo y sueño , que pueden afectar indirectamente la función cognitiva.

El hecho de que algo tan simple como el ejercicio pueda mejorar la estructura y función del cerebro es muy prometedor, sobre todo porque no existen tratamientos eficaces para el Alzheimer y otras enfermedades neurodegenerativas comunes que afectan la cognición.

El ejercicio podría ayudar a prevenir, o al menos retrasar, los síntomas de la enfermedad de Alzheimer.

Enfermedad de Alzheimer es el tipo de demencia más frecuente en los ancianos. Esta enfermedad se caracteriza por un progresivo declive de las funciones cognitivas, lo que se traduce en pérdida de memoria y, finalmente, en la incapacidad de mantener conversaciones normales o realizar tareas cotidianas. Sobre 50 millones las personas padecen la enfermedad de Alzheimer u otras demencias en todo el mundo. Impresionantemente, sobre un tercio de estos casos podría retrasarse con cambios en el estilo de vida, incluida la práctica de ejercicio. Específicamente, La actividad física regular podría reducir el riesgo de enfermedad de Alzheimer en un 45% .

Además de su papel en la prevención, el ejercicio aeróbico también podría mejorar la función cerebral en quienes tienen un diagnóstico de Alzheimer, especialmente en las primeras etapas de la enfermedad. Sin embargo, combinar los cambios en la dieta y el entrenamiento cognitivo con el ejercicio podría tener más éxito que depender únicamente de la actividad física para prevenir o retrasar deterioro cognitivo .

A medida que se realicen más estudios, podrían comenzar a prescribirse intervenciones de ejercicio para mejorar el rendimiento cognitivo en nuestra población que envejece. Pero primero, los investigadores deben explorar más a fondo cómo el tipo, la frecuencia, la duración y la intensidad del ejercicio afectan la cognición.

Aunque se necesita más investigación para aclarar algunas de estas preguntas, el mensaje para llevar a casa es que debe hacer ejercicio para mantener su cerebro en forma. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades recomienda “Que los adultos realicen al menos 150 minutos de actividad física aeróbica de intensidad moderada o 75 minutos de actividad física de intensidad vigorosa (…) cada semana”. Pero, con respecto a la cognición, no se limita al ejercicio cardiovascular. De hecho, entrenamiento de resistencia y ejercicio de cuerpo y mente, incluidos el yoga, pilates, tai chi y danza, también parecen tener un efecto positivo en la función cognitiva. Si no sabe qué tipo de ejercicio elegir, sepa que combinar entrenamiento aeróbico y de resistencia podría ser más eficaz para inducir una mejora cognitiva que limitarse a un solo tipo de ejercicio.

Consulte estos consejos y desafíos para ponerse en movimiento. ¡Da un paso para mejorar la salud de tu cerebro hoy!